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Richard Wagner (1813-1883) nació en Leipzig el 22 de mayo de 1813. Estudia en su ciudad natal, entre otros con el maestro Theodor Weinlig, que detentaba el cargo de Kantor, puesto que había en su día ocupado Bach en la Escuela de Santo Tomás. Estudia contrapunto y admira la obra de Beethoven. En 1831 ya se interesa en el tema del Fausto de Goethe, con la composición de la música de escena para esta obra. Viaja a Praga en el año 1832, llevando una vida agitada. En este trabajo nos limitaremos al estudio de la obra sinfónica de Wagner, dejando su parte más importante, dedicada al mundo de la ópera.
La “Sinfonía en do mayor" es la única compuesta por Wagner. Es la obra de un estudiante de música de 19 años. La compuso entre los meses de abril y junio de 1832 y la estrenó en Praga en el mes de noviembre del mismo año, dirigida por Dionys Weber, el director del Conservatorio de Praga, gran admirador de Beethoven. Poco tiempo más tarde se interpretó en la Gewandhaus de Leipzig. No se volvió a interpretar hasta la Navidad de 1882, dirigida por el propio Wagner, en el Teatro de La Fenice de Venecia. Para esta ocasión realizó diversas correcciones, siendo esta nueva versión la que se interpreta normalmente.
El primer movimiento, sostenuto e maestoso, allegro con brio, está construido según el modelo clásico. Empieza mediante una introducción lenta seguida por un allegro en forma sonata con un impetuoso tema principal. Desde el principio se nota la influencia de Beethoven, en especial de su sinfonía heroica.
El segundo movimiento, andante ma non troppo, un poco maestoso, continua bajo la influencia beethoveniana, pero con algo más de personalidad. El tema principal es una solemne melodía que se va ampliando, con un sentimiento plenamente romántico. En el desarrollo se intensifica su carácter dramático. Se impone rítmicamente en forma de marcha para terminar plácidamente.
Podemos considerar este movimiento como el más importante de su sinfonía. El tema principal lo utilizaría nuevamente en una obra de circunstancias, escrita cuando era director de la orquesta de Magdeburg en 1834. Para celebrar la entrada del nuevo año compuso “Beim Antritt des neuen Jahres 1835”. En su obertura utiliza dicho tema para despedir el año que termina.
El tercer movimiento, allegro assai, consiste en un scherzo que nos muestra de nuevo la influencia de Beethoven, en especial en el tratamiento del viento, teñido con un principio de romanticismo. El trío es más contenido pero continúa en el mismo estilo, para luego repetir el scherzo.
El cuarto movimiento, allegro molto e vivace, está compuesto en forma de rondó con un tema principal lleno de fuerza y otros agitados motivos, en cuyo desarrollo empieza a experimentar las técnicas contrapuntísticas, terminando con una conclusiva coda.
Pero el ideal de Wagner era dedicarse a la ópera. Así en el mes de octubre de 1832 empieza “Las Bodas” sin terminarla. Su primera ópera completa será “Las Hadas”, acabada en 1833
La “Sinfonía en mi mayor" es una obra inacabada de Wagner. Entre los meses de agosto y septiembre de 1834 intenta escribir una nueva obra sinfónica, pero se limitó a escribir solo el primer movimiento y un fragmento del segundo. El manuscrito fue entregado al poco tiempo de morir por su mujer Cosima a su alumno y colaborador, el director Felix Mottl, que completó la orquestación y agregó unos compases de cierre al segundo movimiento.
El primer movimiento, allegro con spirito, escrito en forma sonata presenta un tema principal con ritmo en puntillo y un segundo más melódico. Continúa con un imaginativo desarrollo armónico con influencia tanto de Beethoven como de la ópera italiana.
El segundo movimiento, adagio cantabile, consiste en la orquestación del corto fragmento escrito por Wagner. Posee una melodía lírica de cálida belleza, pero debido a su estado fragmentario no podemos apreciar como hubiera sido su continuación.
Las razones que indujeron a Wagner al abandono de la sinfonía no son totalmente claras. En el mismo año publicó su primer ensayo "Die deutsche Oper" que justifica el abandono del género sinfónico para dedicarse plenamente a la ópera.
Wagner trabaja como director en Würzburg, Magdeburg y finalmente en Köningsberg, donde estrena su ópera “La Prohibición de Amar” con escaso éxito. El 24 de noviembre de 1836 se casa con la actriz alemana Minna Planer. En 1837 es nombrado director musical del Teatro de Riga, entonces bajo la dominación rusa.
Agobiado por las deudas en 1839 debe escaparse y después de una agitada travesía en el barco Thetis, lo cual le inspiró la partitura de “El buque fantasma”, llega a Londres. De allí pasará a París donde escucha los conciertos de la gran Orquesta del Conservatorio con obras de Beethoven y Berlioz. Termina su ópera “Rienzi”.
“Una Obertura Fausto en re menor" es su último intento de escribir una gran obra sinfónica. Entre los meses de diciembre de 1839 y enero de 1840 empieza la composición de una nueva sinfonía en París, sobre el tema de Fausto. En el mes de noviembre de 1839 había asistido al estreno de la sinfonía “Romeo y Julieta” de Berlioz y le impresionó tanto, que deseo hacer algo parecido tomando la obra de Goethe. Sería su “Sinfonía Fausto”. Escribió el primer movimiento, Fausto y empezó el segundo titulado Gretchen, pero este proyecto no lo terminó nunca. Este primer movimiento lo estrena en Dresden el 22 de julio de 1844, como “Eine Faust-Ouvertüre”.
En el mes de enero de 1855 modifica el primer movimiento, al escuchar la “Sinfonía Fausto” de Liszt y lo publica en forma de Obertura. Esta nueva versión se estrena en Zúrich el 23 de enero de 1855 y es la que actualmente se escucha.
El movimiento está escrito en la forma sonata. Después de una introducción lenta que esboza los temas que luego van a desarrollarse, empieza la sección rápida sehr bewegt con el primer tema que contrasta con la melodía del segundo. En la recapitulación aparece el primer tema en fortissimo. Termina con una breve coda después del segundo tema.
La novena sinfonía de Beethoven, escuchada en París, le influye en sus ideas sobre el desarrollo de la sinfonía. La música sola, sin la adición de las palabras, no era suficiente para la expresión de los sentimientos. Como Beethoven había indicado en su obra cumbre, era necesario la introducción de la voz.
Al escuchar la obra de Berlioz se confirman sus ideas e intenta la composición, como se ha visto, de una sinfonía dramática a su estilo. Pero no es suficiente. Necesita más expresión, su propia expresión y abandona la obra. La solución es crear una obra que una a todas las artes y esto lo encuentra en la ópera. No compondrá mas sinfonías, la gran y única sinfonía se encuentra en la ópera.
Si la importancia de Wagner como compositor de sinfonías es prácticamente nula, su influencia en el campo de la música sinfónica ha sido muy amplia. El desarrollo de su estilo sinfónico marcado por su cromatismo, ha sido recogido por muchos compositores de sinfonías, como comentaremos en sus respectivos análisis descriptivos.