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Christoph Ernst Friedrich Weyse (1774-1842) nació en Altona en 1774. En aquella época Altona pertenecía a Dinamarca, dentro del ducado de Holstein. Altona es una ciudad actualmente agregada a Hamburgo, pero entonces formaba parte de la provincia danesa del ducado de Holstein. Situada a la orilla derecha del Elba, junto a Hamburgo, eran dos puertos rivales.
Weyse dejó su casa a los quince años para estudiar música con Schulz en Copenhagen y allí se quedaría durante el resto de su vida. A los 18 años con la ayuda de Schulz toma el cargo de organista asistente de la Iglesia Calvinista Reformada. Se hizo famoso en la década de los 1790 por sus interpretaciones de los conciertos de Mozart.
Weyse compuso siete sinfonías a finales del siglo XVIII, entre 1795 y 1799. Acaso la aparición de la primera de Beethoven en 1800 le hizo ver que no podía competir en este terreno y se dedicó a la composición de otros géneros de obras. Además su carácter conservador no le permitía cambiar de estilo para adaptarse a los nuevos tiempos. Otro motivo fue su amor desgraciado con Julie Tutein, hija de un hombre de negocios de Copenhague. Esto le afectó tanto que no compuso nada entre los años 1801 y 1807.
La “Sinfonía Nº 1 en sol menor” DF 117 fue escrita en 1795 y revisada en 1805 seguramente para una nueva audición. La orquestación usada comprende flauta, dos oboes, dos fagots, dos trompas y la cuerda clásica, para ser interpretada por una orquesta como las usadas normalmente por Haydn y Mozart.
El primer movimiento, allegro con spirito, sin estar demasiado alejado de la música de Mozart, posee un desarrollo dramático dominado por el viento, con un estilo casi de Beethoven. Mantiene una alternancia entre el rítmico tema principal y motivos más relajados.
El minuetto posee tensión dramática, que se relaja en el trío interpretado por el viento en forma melódica acompañado por la cuerda. El andante contiene un tema soñador seguido de cuatro variaciones. Termina con un enérgico vivace con influencia de Mozart, pero dotado de la vitalidad característica de Mendelssohn.
La “Sinfonía Nº 2 en do mayor” DF 118 fue escrita en 1795, tres meses después de la primera. Usa una orquesta mayor que la anterior, ampliada con una segunda flauta, dos trompetas y timbales. La obra fue revisada en 1797.
El primer movimiento es un allegro con brio con dos temas contrastados, el primero abierto por fanfarrias y el segundo más melódico. El adagio presenta un tema tranquilo seguido por una serie de variaciones. En una de ellas el tema se embellece con un motivo que va pasando, en imitaciones, de uno a otro instrumento.
El minuetto que recuerda a Haydn, contiene un trío en forma de un segundo minuetto. El movimiento es un poco monótono. Termina con un vivo finale de corte clásico vienés con empleo del contrapunto en su desarrollo.
La “Sinfonía Nº 3 en re mayor” DF 119 fue escrita en el mes de septiembre de 1795 y revisada en noviembre de 1800 para una nueva interpretación. Usa una orquesta igual que la anterior pero con una sola flauta.
El primer movimiento allegro con brio, posee un enérgico tema principal contrastando con el segundo dividido entre viento y cuerda. Un movimiento que nos recuerda el estilo de Haydn. El andante maestoso nos muestra una faceta más dramática al modo de Mozart. La sección central es más relajada con predominio de la madera.
El minuetto posee un melódico trío interpretado por el viento, con acompañamiento de la cuerda en pizzicato. Termina con un festivo allegretto en forma sonata. En el desarrollo interviene la madera en forma solista, en contraste con el tema principal más enérgico.
La “Sinfonía Nº 4 en mi menor” DF 120 fue escrita también en el año 1795. El primer movimiento allegro, empieza con una sección lenta grave. El tema principal está lleno de rítmica energía y domina el movimiento. El largo escrito en forma sonata, nos recuerda también a Mozart con su elegíaco comienzo. Termina con placidez acompañado por la madera.
El minuetto posee un trío que puede calificarse de gracioso y elegante, contrastando de manera efectiva con la reanudación del minuetto. El último movimiento allegro moderato con energia, posee una breve introducción con un tema seguido de un tutti. Entonces los violoncelos introducen el tema principal en una forma contrapuntística. Weyse construye una triple fuga. En la reexposición utiliza variaciones en los temas al modo de Haydn.
La “Sinfonía Nº 5 en mi bemol mayor” DF 121 fue escrita en 1796, sufriendo una amplia revisión en 1838. Añadió dos clarinetes y un trombón, alterando la música de todos los movimientos. Es la versión que comentamos, muy diferente de la original.
Empieza con un maestoso, allegro con brio, de modo solemne que nos conduce a un enérgico tema principal. Después de la recapitulación una coda basada en el tema principal cierra el movimiento. El andante también está escrito en forma sonata. El elemento dramático está aportado por el solo de violín en diálogo con la orquesta.
El minuetto empleado en la revisión es una nueva versión del empleado en la primera sinfonía. Cambió el nuevo que había compuesto, por una versión para una orquesta mayor de la usada en el anterior. En el trío los clarinetes realzan la música. El último movimiento allegro con spirito, después de una introducción presenta un tema en forma de fuga, seguido de un segundo. Los dos motivos se combinan en el desarrollo. La obra termina de modo triunfal.
La “Sinfonía Nº 6 en do menor” DF 122 fue escrita en 1798 y revisada aproximadamente en el año 1800. Weyse la presentó a su antiguo maestro Schulz el cual realizó una crítica sobre su instrumentación. Al parecer el compositor la aceptó y modificó su orquestación.
El primer movimiento, maestoso, allegro con brio, empieza con motivos introducidos sobre la línea de los bajos. Los violines presentan un enérgico tema, seguido de un segundo con diálogos entre los oboes y la cuerda. El movimiento lento, largo, empieza con un solo de trompa acompañado por las cuerdas bajas. Cuando la melodía es interpretada por la cuerda se advierte la influencia de Mozart. Al parecer la evolución de Weyse no se produce en sus últimas sinfonías. En la reexposición se escucha nuevamente el solo de trompa.
El minuetto es de tipo rítmico, con un melódico trío interpretado por el viento con acompañamiento de la cuerda. Termina con un vivace cuyo tema principal es alegre, con acompañamiento polifónico de la cuerda, demostrando el dominio de las formas contrapuntísticas.
La “Sinfonía Nº 7 en mi bemol mayor” DF 123 fue compuesta en 1799. La fama de Weyse había llegado a Viena donde se realizó su impresión, probablemente en 1803. Es la única sinfonía que nunca ha sido revisada.
El primer movimiento allegro, empieza con un primer tema lírico interpretado por la cuerda. Después de una sección contrastante para el tutti orquestal, la cuerda presenta un tema secundario también tranquilo como el primero. En la recapitulación el tema secundario es presentado por la trompa en contraste con el principal dominado por la cuerda.
El andante está formado por un tema y sus variaciones. Destaca la cuarta variación, con un amable solo de oboe. Continúa con una doble variación que nos conduce a la coda, en la cual el fagot y la flauta tienen sus participaciones solistas. El minuetto combina frases del tutti con conjuntos más pequeños de cuerda y viento. Pero su estilo pertenece a una época que ha terminado.
El movimiento final consiste en un allegro que combina las formas sonata y rondó. El tema principal es una viva danza. Weyse utiliza construcciones contrapuntísticas en un estilo que siempre nos recuerda a Haydn. Weyse utilizó muchos temas de sus sinfonías para su música escénica, empleándolos en la construcción de oberturas o en música incidental, en un proceso contrario al natural o sea realizando una desestructuración. Después de su muerte rara vez han sido interpretadas sus sinfonías.
En 1816 se dedicó a la enseñanza y tres años más tarde fue nombrado compositor de la corte. Ostentó el cargo de organista de la Catedral Vor Frue Kirke de la capital danesa, hasta el final de sus días. Murió en Copenhague el 8 de octubre de 1842.