El "Concierto Nº 2 para piano y orquesta en fa mayor" Op.102 fue escrito en 1957 para su hijo Maxim, que realizó la primera audición al cumplir los 19 años en el Conservatorio de Moscú. Sin embargo el verdadero estreno del concierto tuvo lugar durante el invierno de 1957 con el propio compositor al piano.
El primer movimiento, allegro, escrito en forma sonata, empieza con una introducción por los oboes y fagots, que nos lleva a la entrada del solista mediante octavas paralelas, presentando un primer tema en forma de una alegre marcha, seguido por un apacible segundo tema. Este material se desarrolla en la parte central. La cadenza se basa en el primer tema y nos conduce hacia la coda final.
El segundo movimiento, andante, tiene la forma de un soñador interludio romántico. El tema de inspiración rusa es introducido por la cuerda y se desarrolla al estilo de una noble danza algo barroca, la zarabanda, que toma el aspecto de un nocturno.
El tercer movimiento, allegro, está compuesto en forma de rondó. El tema principal es una enérgica danza, recobrando el carácter alegre del primer movimiento. La danza inicial alterna con un atrevido pasaje rítmico y una sección que parece reflejar los ejercicios de digitación realizados durante el aprendizaje. Todo ello nos conduce a una brillante coda.
Una música sencilla, lejos de muchas de las más extensas partituras del compositor, espontánea, que no busca el reconocimiento de los críticos profesionales sino que está directamente dirigida al público, a sus oyentes. Escrita para que la interprete un joven debutante, su estilo es claro, técnicamente sencillo, lleno de fuerza y de carácter alegre.